¿Qué es lo primero que se le viene a la mente cuando escucha la palabra “burro”? Originalmente la palabra viene del latín burrus que quiere decir pardorrojizo. El burro, en su aceptación más común, es un animal de la tribu equina, pero de menor tamaño que un caballo y orejas más largas. El burro es un animal de carga originario del Medio Oriente que importaron a América durante la época de la colonia. Por lo general son animales dóciles y, de asignarle una cualidad más humana, cargan un aire de resignación en su espalda que les hace parecer condenados de su designio.
En América Latina el burro es un medio común de carga en sitios donde las ventajas del progreso en forma de carreteras aún no se han trazado. Los arrieros del eje cafetero colombiano utilizan mulas y burros para acarrear su preciada cosecha hasta el punto de acopio. Del mismo modo el arroz, la quinua, el maíz y la papa en las regiones del Huila, el Meta, Boyacá y las costas.
Este útil animal constituye una de las bases de la economía colombiana, pues hasta el 17 de julio del ’92 lo utilizaban como medio para llegar al tren y ahora para llegar a las tractomulas. Además, no deja de ser uno de los medios de transporte principales para llevar la cosecha al mercado y traer los víveres a la casa.
Sin embargo, a pesar de toda la importancia que acarrea el burro para la cotidianidad colombiana y latinoamericana, la palabra burro tiene su aspecto ofensivo, pues si a usted alguien lo llama “burro”, usted probablemente no se lo va a tomar como un cumplido por su espíritu oficioso y carácter trabajador.
Significados de la palabra “burro”
Veamos unos cuantos significados de la palabra burro, que en sus propios contextos adquieren aire de cotidianidad pero que de salirse de ese espacio resultarían en un problema básico de comunicación con el potencial de precipitar un conflicto o la acidez de sentirse ofendido.
Burro en Colombia se puede utilizar para referirse a un butaco alto de madera sin espaldar, por lo general con sillín circular, aunque puede ser cuadrado. Este burro es útil para suplir la ausencia de una silla en el comedor o para sentarse a comer en un mesón. También sirve como escalera inestable para alcanzar los recovecos más elevados y casa colombiana que se respete, tiene su burro.
Otro uso común de burro es para resaltar la suprema incapacidad intelectual de alguien. Por lo general se implementa de manera ofensiva, aunque dependiendo del contexto puede ser un reproche gracioso ante una acción ilógica e irracional. Frases comunes como “¡No sea burro!”, “¡Este sí es mucho burro!” y “¡Burro!” se oyen con frecuencia en las calles, los centros educativos, los buses y los sitios de trabajo. Por último, una burrada se refiere a una acción supremamente idiota que por lo general resulta en un efecto negativo.
Existen otros dos significados, sólo que no tan ampliamente implementados. El primero es en su forma femenina burra, y se utiliza para referirse a la bicicleta en el barrio. El otro uso es para referirse a un fumador de marihuana empedernido, “¡Ese burro no para de quemar incienso!”
Por otra parte, en España burro es un juego de cartas sencillo que se puede disfrutar con baraja española o inglesa. El juego es para tres jugadores o más y consiste en obtener cuatro cartas del mismo número o palo y gritar burro, poniendo las cartas en el centro de la mesa y posando la mano sobre las cartas. Los demás jugadores deben posar sus manos sobre la mano en la mesa y el último en poner la mano recibe una letra de la palabra burro. Cuando un jugador complete la palabra, entonces pierde y sale del juego. El ganador es quien queda después de que todos quedan eliminados.
En México, el burro es un platillo cotidiano de comida rápida. La tortilla blanda envuelve fríjol, mole, arroz, carne, lechuga y todo ingrediente que se desee. Por otra parte, el burro es la mesa para planchar la ropa.
En Honduras, además de referirse a la poca inteligencia, hace referencia a la terquedad y obstinación de una persona. En Tegucigalpa se utiliza para referirse al autobús debido a su lento desplazamiento.
En Venezuela es un adjetivo para decir que algo es enorme, como por ejemplo “¡Qué burro de arepa!” También es útil para indicar pereza o desánimo, como por ejemplo “Estoy de un burro con los discursos de Maburro.” Y ni hablar del famosísimo burro por delante.
Hay un burro que ayuda a destronar la ignorancia y es el mataburros en Dominicana, Honduras, Venezuela, Perú y Argentina, es decir el diccionario. Aunque mataburros en Costa Rica, Colombia y Venezuela también hace referencia a la defensa frontal de un auto.
Es vital evitar volverse un burro que habla de orejas, dar permiso para reconocer que la carne de burro no es transparente, reconocer cuándo se da aire de burro en primavera, ser agradecido para que no le digan que la miel no se hizo para boca de burro, y no sea el burro que vuelve a las patatas o el que tocó la flauta, pero ante todo, no deje a nadie como burro amarrado a la puerta del baile.
Así que puye el burro, póngase los burrones y salga a burrear. Y recuerde, los corruptos dejarán la burricie cuando los burros vuelen, y más vale burro sano que sabio enfermo.
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