Este mes se celebra el Hispanic Heritage Month. El mes celebra la contribución de la riqueza cultural hispanoamericana y latinoamericana que habita en Estados Unidos.
El propósito es resaltar las figuras hispanoamericanas que han tenido un impacto positivo en el país. La observación de la celebración comenzó en 1968 con el presidente Lyndon Johnson y se conoció como Hispanic Heritage Week.
El presidente Ronald Reagan lo expandió a un mes bajo la Ley Pública 100402, decretada el 17 de agosto de 1988, cubriendo el período entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre.
La razón para celebrar la herencia hispana durante este período de tiempo se debe a que Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras celebran su aniversario de independencia el 15 de septiembre. Por su parte, México lo celebra el 16 y Chile el 18. Además, el 12 de octubre, supuesto día de llegada de Cristóbal Colón a América, marca el día del idioma o día de la raza.
Vale la pena resaltar que en 1992, 500 años después de la llegada de Colón, en Berkeley, California se instituyó el Indigenous People’s Day o Native American Day como contra-celebración al Columbus Day, pues ellos consideran que celebrar ese día en su nombre simboliza la celebración del saqueo, imposición y genocidio del navegante italiano.
Para ellos es eufemizar la violenta colonización y esclavización de los pueblos con una pátina de bondad. Hoy por hoy, algunos de los estados que celebran el Indigenous People’s Day son California, Nevada, Dakota del Sur, Tennessee y Wisconsin.
De modo que este mes celebramos la conexión entre Europa y América, al igual que la conexión interna entre Centro, Sur y Norte América en términos ya no sólo geográficos sino culturales. Y es por este motivo que concebimos El Nacimiento de la Venus de América, un guiño a la era del renacimiento europeo en el pincel florentino de Sandro Botticceli, donde las estéticas se replantearon, los valores se redimensionaron, el arte, la ciencia y la tecnología florecieron, y ahora nosotros en esta Florida enmarañada, pantano hogar de los manatíes, cocodrilos y Seminoles, tierra conquistada por un pueblo español y una coalición militar de los nuevos Estados Unidos, desde su centro buscamos representar la Venus en América: la mujer como fuente primordial de vida, como la esencia de la belleza y como un símbolo de justicia, equidad y libertad.
¿PORNO O ARTE?
La fina línea entre el morbo y la apreciación del cuerpo humano
En el momento que avanzamos en la producción de la portada, surgió el gran dilema: a la Venus se le ve una teta. Sí, así, una teta. Pero entonces caímos en la espiral del morbo, en el remolino de la objetificación del cuerpo femenino, en la cosificación de la mujer, en la reducción de tildar a una mujer como impura u obscena sólo por tener al aire uno de sus senos. ¡Dios mío, se le ve un pezón!
Entonces surgió la pregunta, ¿a qué se debe ese puritanismo excesivo que juzga la desnudez femenina como un acto atroz, despreciable, criminal, pornográfico, sedicioso, libidinoso y condenable? Hacia 1485, Sandro Botticelli pintó El Nacimiento de Venus, y recibió condenas e incriminaciones de parte del estado y la iglesia que en ese tiempo eran uno solo.
Hoy, 535 años después, quisimos hacer nuestro intento representativo del nacimiento de Venus, pero ya no en Europa, sino en América, pues en esta tierra hay unos espíritus colectivos que se llaman Hispandad y Latindad, son espíritus alegres, dulces, joviales, fiesteros, pero están opacados por un aire de desconfianza, angustia, miedo, terror y recelo.
Estos espíritus son hermanas de la Venus, quien nace cada cierto tiempo en tierras donde hace falta amor, comprensión, sanación, perdón, compasión y respeto. Y en el proceso de representación comprendimos que la Venus nacía en América, pero eso no necesariamente la hace de América porque los dioses son de la tierra que los adora. Aunque puede decirse que es una Venus Americana por derecho de nacimiento, debe también comprenderse en el sentido Panamericano que cubre desde Utqiagvik, Alaska, hasta Cabo de Hornos, Chile.
Y nace así por el mestizaje, por la unión de razas, como el cruce de los cereales para mejorar el vigor, la resistencia al clima y a los tiempos. Nace en el río, entre las piedras y la selva, cerca al delta por donde entró desde el océano. Similar a las anguilas y los salmones, el espíritu de Venus nadó río arriba para diseminar su semilla y propagar el empoderamiento de su ineludible belleza femenina, ante la cual ella es inocente, y por ello no puede tildársele de impura por estar desnuda.
Todo lo contrario. Eva sólo se reconoció a sí misma después de pecar con el mordisco a la manzana. Y al igual que Venus, Eva deambuló desnuda por el jardín del Edén sin que nadie la morboseara. Por este motivo decidimos representar a la Venus desnuda, pues ella es indiferente a su desnudez y a la agitación que produce su belleza.
En este sentido, pudimos llegar a la conclusión que la Venus no tiene una teta afuera sino que su seno está al aire libre, libre de prejuicios, libre de morales conminatorias, libre de éticas puritanas, libre de juicios de valor, libre de los reclamos sociales, libre del deber ser: libre de ser.
¿PERO Y EL CASCO?
Si usted se pregunta “Bueno, muy bonito lo del discurso y todo, pero ¿por qué nació con casco si supuestamente nació desnuda?”
A eso sí hay que decir que el guiño al convulso tiempo que vivimos pone en duda si hasta los dioses están a salvo del coronavirus.
De modo que es una licencia poética, para decir que nació preparada para el distanciamiento social.
CODA
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Agradecemos a nuestra familia de anunciantes, quienes sudan con amor trabajando por sus sueños empresariales, sueños ligados al bienestar económico personal y familiar que resulta creando prosperidad para la comunidad circundante tanto a nivel laboral como en el acceso a servicios y productos de alta calidad, que además pueden representar puentes de conexión cultural a nuestras raíces hispano y latinoamericanas.
Según un estudio de la Graduate School of Stanford Business llamado “LATINO-OWNED BUSINESSES Shining a Light on National Trends,” los negocios de dueños latinoamericanos aportan más de $700 mil millones de dólares en ventas anualmente.
Según el estudio lo más difícil para un negociante latinoamericano es lograr escalar el negocio, es decir, sobrepasar $1 millón de dólares en ventas. Sólo 3% lo ha logrado. Y esto se debe a dificultades para acceder financiación crediticia, pero así mismo por un deseo de autofinanciar los emprendimientos por medio de ahorros o préstamos de amigos y familiares.
También los elevados costos de producción suelen dificultar las operaciones en las grandes empresas. Pero ante todo, es la falta de asociación. Una manera para escalar es consolidando negocios y permitiendo delegar poder en las operaciones de la empresa. Tema difícil para los negociantes hispanoamericanos entre quienes impera el lema “Nadie lo hace tan bien como yo”. Pero ya estamos aprendiendo que business is business y que el Latino y Hispanic business está bullente en prosperidad, así como el consumidor latino que es la segunda fuerza consumidora del país, con el potencial de convertirse en la primera.
Es un momento crucial para reclamar una parte de este mercado. Nosotros aspiramos convertirnos en uno de los puentes primordiales para conectar nuestro multiculturalismo emergente, y así mismo a los negociantes con los consumidores. Porque somos el renacimiento del sueño americano:
¡Qué viva América!