Alejandra Quintero Second Chance Credit

Educación Crediticia: Obtenga su Segunda Oportunidad Crediticia

por Felipe Robayo, fotos de Trung Phan

APRENDIZAJE A LA FUERZA

Alejandra Quintero nació en Medellín, Antioquia en 1982. A los 18 años migró hacia San Juan, Puerto Rico, donde estudió Contabilidad en la Universidad Sagrado Corazón. 

“Y ahí fue como empecé a entender a las malas cómo funcionan las cosas en este país,” dice Alejandra, pues el sistema financiero es distinto al colombiano. En Colombia son préstamos, aquí es basado en puntaje, y Alejandra, al desconocer el tema, aceptó una tarjeta de American Express con $10,000 dólares, la llenó y ¡luego se enteró que debía pagarla!

“En Colombia todavía dan tarjetas de crédito porque eres el hijo de fulanito. En cambio aquí no, aquí es por tu mérito crediticio. Y yo pensaba que era una beca…”

Y es que en Colombia, dice Alejandra, no le habrían siquiera abierto una cuenta de banco debido a su procedencia. “Me habrían dicho con qué recursos vas a abrir la cuenta.”

Al graduarse, Alejandra se enteró a las malas que aquella tarjeta de crédito no era una beca y ahora debía pagar los 10 mil más intereses. “Me gradué y mi crédito estaba en 420. Entonces mi amiga, Katherine Castro, me dijo cómo lo podría trabajar.”

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Al graduarse, Alejandra consiguió trabajo en un concesionario como contadora y financista. Irónicamente, era quien aprobaba los créditos de la compra de autos. Su amiga Kate le dijo que existía una segunda oportunidad para mejorar su crédito, que no se preocupara y se enfocara en mejorarlo.

Trabajó 8 años en el concesionario y un asunto personal calamitoso la llevó a migrar hacia Nueva York donde la recibió Clara, su amiga de toda la vida de la Normal Superior y al ver que Alejandra no se la llevaba demasiado bien con el frío, la instó a que probara suerte en Orlando. Encontró un trabajo y migró hacia la tierra del ratón.

NUEVOS RETOS = NUEVOS CHANCES

Alejandra Quintero, Second Chance Credit

Se mudó a Orlando y comenzó un trabajo en ventas y a estudiar inglés. “Aunque soy vendedora nata de toda la vida, me di cuenta que no quería ventas. Renuncié y me puse a trabajar ayudándole a la comunidad hispana y latina a preparar sus taxes,” dice Alejandra.

Entonces Alejandra tuvo una revelación, “La gente latina no tenía idea de cómo funcionaba la vida financiera acá en Estados Unidos y los veía perdidos cuando hacían sus taxes. Me preguntaban: ‘¿Qué puedo hacer? ¿Cómo lo puede hacer? ¿Qué es lo que recomiendan?’   Y ahí fue cuando decidí ayudarle a la gente.”

Alejandra comenzó a educar a la comunidad en torno a lo que era el crédito, cómo funciona, cómo lo cultiva, cómo lo utiliza en propio beneficio. 

“Era muy triste, la gente venía a mí y me decía que podían pagar $500 dólares de mensualidad para un carro. Yo les decía que no era necesario, que podía lograr conseguir pagos de $350 gracias a su crédito. Y aún así, hubo momentos donde la gente se indignaba con Alejandra, diciéndole ‘Yo puedo pagar $500, y si quiero pagar $500, pago $500.’ Lo interesante del asunto es que aquellas personas estaban dispuestas a pagar los $500, pensando que así pagarían más rápido su carro, pero en realidad lo que hacían era incrementar la cuota del interés.

“Una vez una señora se puso bravísima, y me dijo que la ofendía insinuando que ella no podía pagar $500. Es triste,” dice Alejandra soltando un suspiro.

SECOND CHANCE CREDIT

Alejandra comenzó a crear una cartera importante de clientes y comenzó a considerar abrir su propia oficina. Y fue gracias a su amiga Kate, su compañera de ventas en los tiempos de universidad y ahora mentora en Crédito, la impulsó a que abriera la oficina, explicándole todos los elementos operativos.

Siguió el concejo de su amiga y abrió Second Chance Credit, un espacio donde las personas vienen a sanar su relación con el crédito y a empoderarse de sus finanzas personales y comerciales. 

“Podemos educar a la comunidad de la parte financiera, porque la parte financiera es como la columna vertebral de cada familia. Dicen que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana, y por eso es que viene muchos divorcios. ¿Por qué? Si tú no estás estructurado financieramente, viene el estrés. Vienen los gritos vienen las peleas. Y viene eventualmente un divorcio donde van a venir niños que, eventualmente, van a venir a una bancarrota porque no saben cómo funciona el sistema financiero, porque sus papás nunca entendieron. Por medio de la reparación de crédito, entendí que sí podíamos tener una segunda oportunidad.”

Asimismo, bautizó como ‘Pepitos’ a aquellos familiares que aconsejan financieramente a los recién llegados, pero que ellos mismos toman pésimas decisiones. “En Kia o Toyota te dan un carro sin seguro social, y ellos no saben, y prefieren ir a pagar cientos de dólares por uno usado en cualquier lugar.”